“Desmoldando el futuro desde la sostenibilidad”
¿Sabías que en casi todas las obras de construcción —cada vez que se levanta una columna, una losa o una fachada en concreto— hay un producto que casi nadie ve, pero que está en todo?
Se llama desmoldante y es el que impide que el concreto se pegue a los moldes. Pero aquí viene el twist: históricamente ha sido tóxico, contaminante y peligroso para quienes lo aplican.
Hasta que llegó GLASST.
Esta startup de base científica, afiliada a la ANDI del Futuro, logró lo que parecía imposible: reinventar una categoría “madura” con una solución sostenible, segura y disruptiva. Así nació GLASSTMould®, una familia de desmoldantes ecológicos —PRIME, SUPREME, MAX y 3X1— que ya están haciendo historia en Colombia, Perú, México y Ecuador.
🧪 Ciencia con propósito, resultados con impacto.
Con una plataforma tecnológica propia, el equipo de GLASST diseñó productos biodegradables, libres de VOC (compuestos orgánicos volátiles), compatibles con certificaciones como LEED y CASA, y seguros para las personas. ¿Lo mejor? Se biodegradan en 28 días (según norma ISO 9408) y funcionan en todo tipo de obra, clima y formaleta. Literal: lo técnico y lo sostenible pueden ir de la mano.
“No creemos en fórmulas heredadas del pasado. Creemos en innovación que resuelva problemas reales sin poner en riesgo a las personas ni al planeta”,
— Juan Camilo Botero, CEO y fundador de GLASST.
Esta historia no solo es un caso de éxito. Es una señal de algo mucho más grande: el momento de repensar industrias desde la ciencia, la sostenibilidad y el valor real para las personas ya llegó.
Y en GLASST están construyendo ese futuro, una obra a la vez.
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